Ana Obregón
Ana Obregón lanza la noticia que todos esperaban en su regreso a España
La actriz ha sido directa.Ana Obregón (68 años) ha estado en medio de la polémica por cómo trajo a su nieta al mundo. La pequeña se llama Ana Sandra, es hija biológica de su hijo Aless Lequio, quien ya falleció, pero claro que figura bajo la custodia de la actriz. Todo esto generó desde empatía hacia ella hasta un centenar de críticas, desde entonces que se ha mantenido al margen de los medios, aunque ahora tuvo que hacer una excepción puesto que va a presentar su nuevo libro y necesita publicidad.
La última vez que Ana Obregón convocó masivamente a la prensa fue el 3 de febrero de 2023 para presentar la Fundación Álex Lequio. En ese momento nadie se imaginaba de que ya estaba en camino Ana Sandra a través de maternidad subrogada en Miami, todo eso salía a la luz aproximadamente un mes después y las opinión pública se conmocionaba. Ahora hay un pequeño inconveniente, la niña es su hija legalmente en Norteamérica ya que este método es legal allá, en España aún no lo es así que tiene que encontrar cómo hacer legal el proceso.
No es la primera persona que accede a la maternidad subrogada y luego se instala en España, ya lo han hecho varias personalidades famosas incluso y no han sido tan criticadas como la actriz. En su caso la gran polémica está puesta en que haya decidido que la niña sea biológicamente heredera de Aless Lequio que falleció en el 2020. Ana se resguarda en el dolor de la pérdida y en que esta era una de las últimas voluntades de su hijo. Sobre todo esto se ha expresado en la rueda de prensa multitudinaria de este miércoles en el hotel Palace de Madrid.
Ana Obregón no dio vueltas en el asunto
La razón principal del encuentro de Ana Obregón con la prensa en realidad era presentar el libro 'El chico de las musarañas' (HarperCollins Ibérica). Allí narra en primera persona todo el dolor al que tuvo que enfrentarse por esta tragedia, esta publicación también era uno de los últimos deseos de Aless Lequio que ahora se cumplen. La actriz repasa primero lo fuerte que fue enterarse de la enfermedad de su hijo, luego el proceso y por último la pérdida más difícil de su vida.
Lo llamativo es que a esta historia la había comenzado el propio joven con sus reflexiones acerca de lo que estaba viviendo y después de su fallecimiento lo continuó su madre como era su deseo. La agenda de este encuentro estaba muy bien organizada, a las 12 pareció Ana Obregón sonriente y feliz, posó en el photocall y luego habló de la génesis de "El chico de las musarañas". Después de eso comenzaron las preguntas, lo que ella ha intentado comunicar es que cumplir las últimas voluntades de Álex son lo que la han mantenido viva este tiempo: "Lo único que he hecho es intentar completar las tareas que le quedaron por hacer a mi hijo. Mi hijo no pudo finalizar este libro por culpa del maldito cáncer, pasaron dos años desde su partida y yo sabía que eso estaba ahí en su ordenador, no sabía qué hacer porque su deseo era publicarlo pero no tenía fuerzas. Llamé a su amigo Nacho y le pedí ayuda".
Es un canto a la vida y un canto a la muerte; es un homenaje a todos los valientes que con coraje luchan por vivir con sus enfermedades. Nos inspira para darnos cuenta de que la vida no está garantizada para nadie; es una lección de vida.
La ex de Alessandro Lequio tampoco se olvidó de hablar de su nieta, sostiene que se trata de un milagro de la vida que la ha ayudado a cumplir su hijo allá donde se encuentre: "Ana Sandra es un milagro, es lo que más deseaba mi hijo, nos lo pidió a Alessandro y a mí y era su deseo de siempre". También se dirigió directamente a su ex, que hasta ahora se ha mostrado en desacuerdo del proceso que ella ha decidido: "Llevo un mes que ni me escribes ni nada, no sé lo que te pasa, pero tienes la puerta abierta".
Una desgarradora confesión
Otra cosa que reveló Ana Obregón es que cuando Aless Lequio estaba en lo peor de su tratamiento, ella lo escuchaba escribir, quería que se hiciera algo con eso que estaba viviendo: "Con todo lo que tenía le oía teclear. Le preguntaba 'qué haces a estas horas'. Y su respuesta era siempre la misma: 'mami, quiero escribir este libro para que los beneficios sean para la investigación'