La historia de amor entre Elena Tablada (42 años) y Javier Ungría (42 años) acabó de la peor manera: irán a tribunales para solucionar sus diferencias económicas. Aunque dieron entender que habían roto de manera amistosa después de un tiempo en crisis, la realidad los golpea en la cara, pues se guardan rencor ya que no pudieron superar los conflictos.

La diseñadora estuvo junto al empresario por seis años y tuvieron una hija en común llamada Camila. Esa fue la razón por la que aparentemente decidieron cortar por lo sano, pero la realidad es que no se pueden ver ni en pintura. Ella hace unos meses señaló que ambos “tenían visiones distintas de la vida”, es por ello que se verán las caras en los tribunales de Madrid. “Ella va a degüello a por él y le va a pedir todo el dinero que pueda para no perder el nivel de vida al que está acostumbrada”, señaló una fuente cercana.

Al parecer, tiempo atrás Elena Tablada había firmado un acuerdo con David Bisbal en el que le reduciría parte del dinero que le pasaba si se volvía a casar. Ahora, tras el divorcio con Javier Ungría, la empresaria no quiere perder sus privilegios y por ello van a juicio, para reclamar la cantidad que a ella le parecería justa para seguir disfrutando de su vida acomodada.

Otras fuentes cercanas a Elena Tablada detallan que Javier Ungría perdió la compostura y la caballerosidad después de pasar por el altar. Antes de eso se jactaba de ser el hombre ideal y luego de la boda no paraba de salir y llegar a altas horas de la madrugada.

Qué tiene que decir Javier Ungría

Los reporteros de Europa Press sorprendieron a Javier Ungría y confirmó que todo lo dejará en manos de la Justicia. Él no tiene miedo de enfrentar a Elena Tablada ya que solo “pelea por su hija”. También señaló que no cree que Elena haya dicho todo lo que manejan los medios sobre sus llegadas a casa muy tarde o del descuido de la relación. Y si es su entorno o su familia, le trae sin cuidado.

La revista “Semana” plantea que la relación era “una montaña rusa de llena de inestabilidad, noches sin dormir y preocupación. Pensaba que era el hombre de sus sueños y de un día para otro se dio cuenta de que era todo lo contrario. Y ahora lo único que quiere es ajustar cuentas lo antes posible”.