Entre los grandes amores de Isabel Preysler (72 años) está también Miguel Boyer, su último marido y a partir de quien empieza a pensar dos veces antes de volver a pasar por el altar. Juntos trajeron al mundo a Ana, la hija pequeña de la empresaria y, aunque ella tiene muy buenos recuerdos del político, en la realidad las situaciones que atravesaron no fueron las mejores.

Siempre se acusa a la madre de Tamara Falcó de escoger a sus parejas estratégicamente para, supuestamente, valerse de sus riquezas económicas. Es cierto que ninguno de los señores que la han acompañado han sido de bajos recursos, pero también es cierto que ninguno de ellos ha sido mucho más rico que ella. Isabel es una mujer de negocios, a pesar de que a simple vista no lo parezca.

Cuando más se puso en tela de juicio este sospechoso aspecto de la personalidad de la filipina fue cuando estuvo casada con Miguel Boyer, o mejor dicho cuando él falleció y entonces tuvo lugar la repartición de la herencia. Ese no suele ser un momento grato para nadie, pero mucho menos para este clan que se caracterizaba por dudar constantemente de las buenas intenciones del otro.

El drama que Miguel Boyer e Isabel Preysler no vieron venir cuando se enamoraron

Según ha informado el portal “Mujer Hoy” en un completo material de archivo, los hijos de Miguel Boyer acusaron a Isabel Presyler de negarles hasta los objetos de valor sentimental de su padre. No había casi riquezas para repartir, ya que el nacido en San Juan de Luz no tomó muy buenas decisiones en materia financiera en sus últimos años de vida. Además, lo poco que le quedaba se usó para costear los gastos de su enfermedad.

Miguel Jr. y Ana, los hijos mayores de Miguel Boyer, se encargaron de fijar la idea de que la exmujer de Julio Iglesias no habría sido del todo honesta con la administración de los bienes durante la enfermedad. Ella se defendió argumentando que la situación había sido la contraria a la que ellos imaginaban y que incluso tuvo que aportar dinero para que los cuidados no fuesen deficientes. En definitiva, lo único que hubo para repartir fueron los ejemplares de una biblioteca cargada de emotividad, pero sin valor de mercado.

Su mote no es una simple casualidad

Isabel Preysler es conocida como “la reina de corazones” por su facilidad para enamorarse. Esto podría ser visto como un don, ya que sus historias románticas han tenido bastante drama, aun así, lo sigue apostando todo.