EL LADO OSCURO DE LA FAMA
El gran defecto que Camilo Sesto detestaba de las personas que estaban a su alrededor
El cantante agradecía el cariño que le brindaba la gente, pero había algo que le molestaba demasiado.Camilo Sesto, sin dudas, fue uno de los artistas más grandes que tuvo España. Las letras de sus canciones y sus composiciones conmovieron a varias generaciones de jóvenes que vieron reflejadas en ellas muchas de las sensaciones que experimentaban en aquella época.
Además de ser uno de los cantantes que logró batir un récord de ventas con sus discos, también se convirtió el intérprete que consiguió que la mayoría de sus temas ocuparan el puesto número uno de lo más escuchado.
Camilo Sesto era adorado por millones y él era consciente de ello. A lo largo de su carrera tuvo numerosos clubes de fans que lo siguieron desde sus inicios e incluso, hasta el día de hoy, hay grupos que continúan venerando su figura a través de las redes sociales y de homenajes.
Si bien es cierto que al oriundo de Alcoy le agradaba la idea de tener seguidores que lo apoyaran en todo momento, sabía distinguir perfectamente cuando la gente confundía admiración con fanatismo: "Es muy agradable tener fans. Pero no histerismos, sino que sepan apreciar lo que yo hago, es decir, fans que escuchen cuando canto".
Camilo Sesto, además, llegó a pensar en un momento que ese grupo de aficionados a su música podía convertirse en un negocio. "A la vista de todos es muy importante tener club de fans, por que son los que te apoyan en todo momento. Me parece muy bien que aparte de su trabajo y de sus cosas, tengan un rato para hablar de música, no solamente de mí. Si además me ayudan y me apoyan, me parece estupendo".
Respecto a las muestras de afecto de sus admiradores, el cantante tenía claro que el histerismo era algo que lo incomodaba mucho. Si bien reconocía que había ciertas situaciones por las que todo artista exitoso como él debía pasar, como sufrir arañazos o la desesperación que cegaba a sus fans por intentar obtener alguna prenda u objeto de él, cuando se repetían constantemente, anhelaba que esa admiración vaya hacia lo realmente positivo: la música.