Un continente en vilo
El día en que por culpa de Joaquín Sabina el diario más importante de Uruguay tuvo que pedir perdón
El músico se vio inmerso en una situación que jamás habría deseado.Joaquín Sabina es uno de los artistas más seguidos y elegidos por los españoles, aunque igual de meritorio es su éxito en América del Sur, que, en más de una ocasión, le generó un terrible dolor de cabeza. Los fanáticos del poeta de Úbeda cuentan los días y las horas para poder disfrutar del arte que difunde cada vez que se sube a un escenario; sin embargo, como él mismo lo dijo, para eso falta un poco todavía.
Pasan los años y las generaciones, pero Joaquín Sabina continúa siendo un suceso y una sensación en la industria musical, grandes y chicos corean sus sentidas canciones que reflejan a través de su voz barítono la realidad social, económica y política. Por esta razón y teniendo en cuenta el contexto en el que se encuentran inmersos los países latinoamericanos, no resulta una sorpresa que sea el artista español más aclamado por las masas.
Sin embargo, el cantautor jamás se habría podido imaginar los límites que sus fanáticos se atreverían a cruzar por sentirse un poco más cerca de él. Entre un número vasto de normas, la deontología profesional periodística destaca que un buen comunicador siempre debe buscar la verdad en pos de poder brindar información certera, real y verídica.
Por esta razón, los periodistas deben tener fuentes oficiales, pues no se permite ni es éticamente comprensible que se incurra en errores que puedan afectar a terceros. Inesperadamente, este fue el caso de Joaquín Sabina: el intérprete español fue víctima de una falsa información publicada el 24 de septiembre del año 2011 en uno de los periódicos más conocidos de Uruguay, El Observador.
Lo cierto es que en esta desafortunada jugada no solo Joaquín Sabina se sintió afectado, sino que un periodista y todo el medio de comunicación gráfico se vieron envueltos en una polémica mentira llevada a cabo por una de las fanáticas del poeta, ya que, sin pensarlo ni meditarlo, tomó la identidad de Jimena Coronado, actual esposa del artista, y respondió a un cuestionario vía correo electrónico.
En este falso reportaje, su nombre, Lucía Folino, aparecía de manera casi constante, de hecho, se presentaba como la musa inspiradora de Joaquín Sabina. A escasas horas de la publicación de la entrevista, los mensajes llovieron en la redacción del medio mencionado advirtiendo que se trataba de un fraude, incluso desde la productora del intérprete de "Malas Compañías" emitieron un comunicado.
Lucía Folino es una pobre mujer con graves trastornos mentales y que le deseamos que pronto se ponga en manos de especialistas que puedan ayudarla.