Hasta el último intento
El as bajo la manga que tendría Javier Santos para conseguir vencer finalmente a Julio Iglesias
Genética vs Justicia. ¿Quién se quedará con la victoria de esta batalla?Es bochornoso y doloroso de ver todo lo que está pasando alrededor de Julio Iglesias y Javier Santos. El joven concebido extramatrimonialmente por el cantante y María Edite Santos aun busca justicia, un privilegio que parece ser solamente concedido a una sola persona.
Javier Santos ha demostrado, mediante un muy solicitado ADN, que es hijo de Julio Iglesias. Él, al igual que sus hermanos, merece el pleno reconocimiento de sus derechos, gozar de una justa distribución económica como forma de retribución por tantos años de paternidad no ejercida, y cuanto mínimo, una disculpa.
Puede que ocurra todo lo anteriormente mencionado, pero ¿un perdón? El divo de Julio Iglesias ni siquiera se lo ha pedido a sus hijos reconocidos. Pero ¿Qué es lo que espera realmente Javier Santos? ¿Correr a los brazos de papá y que juntos se tiren en el sofá a mirar futbol?
A estas alturas, ninguno de los dos quiere algo afectivo del otro. Javier Santos lo dice sin filtro alguno: quiere que su hija reciba el privilegio de una vida multimillonaria como la que Julio Iglesias le dio a sus hijos legítimos.
Javier Santos está luchando para que la justicia no anule el veredicto dictado por la genética. Julio Iglesias presentó un amparo para no reconocerlo como hijo y la justicia falló a su favor. Pero el joven Santos reclama que se reconozca el resultado obtenido por la prueba de ADN realizada como prueba irrevocable para que cumpla con su deber de paternidad.
Julio Iglesias ha mostrado la hilacha en todo lo que implica a Javier Santos. Empezando por el hecho de tener un hijo por fuera de su matrimonio. En ese momento estaba junto a Isabel Preysler, la reconocida Socialité que lo dejó precisamente por sus deplorables actos machistas y poco fieles.
Luego vendría el incesante pedido de Javier Santos poniendo a Julio Iglesias en una interminable presión. En vez de reconocer el error, optó por el camino de la negativa. Eso sí, en su billetera tiene un buen refuerzo millonario dispuesto a comprar a cualquier juez. Pero Santos no se dio jamás por vencido.
Ha dicho que, de ser necesario, iría hasta la justicia de Estambul. La tenacidad del joven no tiene límites y aunque los billetes se posen en los escritorios de los juzgados, Julio Iglesias no tendrá muchas escapatorias si este asunto trasciende más allá. Ya ha quedado en declive su imagen pública y, con este gesto, aun peor.
Más allá de las especulaciones que se hizo en torno a los desmesurados pedidos de justicia de Javier Santos, el joven está dispuesto a hacerlo todo por recuperar sus derechos. Sí, es cierto que también quiere una retribución económica, pero el gesto totalmente desaprobable de Julio Iglesias no se paga con ninguna cifra. La humillación y el dolor que le ha causado a una familia detrás de sus elegantes trajes jamás será reparada. Dañó una vida, podría tener un poco más de consideración y no extender el lamento de toda una familia que espera justicia.