30 años

La incansable lucha de Javier Santos por el reclamo de paternidad a Julio Iglesias

Por más que existan pruebas, el cantante se resiste a llamarlo “hijo”.
lunes, 15 de marzo de 2021 · 11:26

Julio Iglesias pasará a la historia como uno de los cantantes más polémicos de su generación. Se casó con una de las mujeres más bellas de España, pero, aun así, no bastó. En el verano de 1975 el cantante fue de gira a una ciudad lejos de donde vivía. Allí estaba la bailarina María Edith.

Julio Iglesias pasó una semana con ella en Sant Feliu de Guixols, en la Costa Brava. Allí fue engendrado Javier Santos, pero, a otra cosa mariposa, el cantante desapareció para volver a su farandulera vida. María Edith acudió a los tribunales en 1992 pidiendo que a su hijo se lo reconociera como hijo del productor.

La justicia apeló, pues no tenían pruebas y en esos tiempos la palabra de una mujer tampoco era muy validada. Fue el propio Javier Santos quien, mucho más adulto y confiado en la palabra de su madre, tocó la puerta del despacho del Dr. Osuna.

Desde hace años Javier Santos y su equipo de abogados intenta dar vuelta un veredicto que, por el momento ya fue arrojado. Julio Iglesias no quiere saber nada con su hijo pese a que la compatibilidad arrojó un número de 99% positivo.

Sin embargo, el despacho está dispuesto a ir hasta las últimas consecuencias, de ser necesario. Incluso han alegado en tocar la puerta del Organismo de Derechos Humanos en Estambul. El cantante español no tiene escapatoria.

Asegura que por encima de la cosa juzgada está la verdad científica cuando se trata de probar si una persona es hija de otra.

Dijo Osuna, el abogado de Santos, quien ha sido el principal vocero en este asunto legal. Además, lleva consigo otras causas de paternidad ganadas. Julio Iglesias sin duda es un pez muy gordo de atrapar, pero la recompensa será enorme si es que el plan sale a la perfección.

Ni Enrique, ni Julio José ni Julio Iglesias ni nadie de la familia se ha pronunciado al respecto. El silencio es el arma de doble filo que se esconde entre las paredes de sus lujosas mansiones. El tiempo dará la razón a uno de los dos bandos, solo queda esperar que no sea demasiado tarde para enfrentar las consecuencias.

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