Privado de su libertad
El trágico acontecimiento que puso a temblar a Julio Iglesias y su familia
El peor fin de año que habría pasado.
El 29 de diciembre de 1981, Julio Iglesias recibió por parte de su entonces esposa, Isabel Preysler, una de las noticias más trágicas que jamás imaginó vivir: su padre había sido secuestrado.
El Dr. Julio Iglesias Puga era una figura reconocida en España no solo por tratarse del progenitor del gran artista internacional, sino que también fue uno de los ginecólogos más respetados en el país, pionero del parto sin dolor.
A escasos días de despedir aquel fatídico año para los Iglesias, la banda ETA privó de su libertad al médico con el objetivo de exigirle una alta suma monetaria al cantante. Este fue un hecho que sorprendió a la policía ya que era la primera vez que dichos delincuentes actuaban contra una persona no política.
De acuerdo al testimonio que daría Iglesias Puga luego de salir ileso, sus captores siempre se comportaron de manera intachable con él, demostrando un nivel de amabilidad y educación que no era para nada usual en antisociales.
Sumado a ello, algunos miembros de ETA habían realizado contacto previo con el padre del compositor, haciéndose pasar por un pequeño equipo de periodistas alemanes deseosos por entrevistarlo y obtener información sobre su carrera y, por supuesto, su famoso vástago.
Debido a que ya venía recibiendo diversos agravios contra su integridad física y la de su familia, el cantautor contrató a un cuerpo de seguridad para que velaran por su protección día y noche, exceptuando a su progenitor pues se negó a tener guardaespaldas.
Durante menos de un mes, el profesional de la salud femenina estuvo encerrado en un minúsculo pueblo de Zaragoza llamado Trasmoz, hasta su rescate por parte del oficial Domingo Martorell junto al Grupo Especial de Operaciones, la noche del 17 de enero de 1982.
Este hecho marcó para siempre la vida del músico, llegando a contratar al mismo Martorell para que reforzara su seguridad y la de sus hijos. Por su parte, el también obstetra volvió a Madrid y continuó con su rutina como si nada; eso sí, ganando una notable popularidad por sus romances con mujeres menores que él.