La agenda oficial de la Reina Letizia (50 años), que no incluye el Rey Felipe (55 años), está llena de eventos que no requieren de tanto protocolo. Es sabido que cuando andan juntos las normas deben cumplirse a cabalidad. Sin embargo, en los actos en los que ella debe estar sola, la gente se relaja un poco y se desajusta el nudo de la corbata. 

La soberana también respira un poco y se aleja de la nula expresividad. Al contrario, sus mejillas son más flexibles y se desenvuelve con naturalidad. Algo que, a pesar de los años, todavía no logra igualar el hieratismo que su esposo exuda con total perfección.

La jefa de Estado se transforma y funciona al 100%. A su alrededor recuerdan por un instante que la realeza también es humana y la tratan con mucha simpatía. El pasado mes de febrero una señora se acercó a la Reina Letizia y le preguntó "dónde había dejado al Rey". Ella le contestó con una sonrisa: "En Barcelona, mejor así". Más tarde en septiembre una señora le pidió un abrazo y la reina no lo pensó dos veces. La aplaudieron y el abrazo duró varios minutos.

Los planes de Letizia en los que Felipe brilla por su ausencia

En su agenda, la Reina Letizia incluye planes de ir a comprar tomates, sardinas y nunca ha requerido los servicios de niñeras. Otras actividades en las que deja al Rey Felipe y acude por su cuenta son aquellas que no tienen peso institucional. Puede asistir a una sala independiente de cine en Madrid sin llamar la atención. En fin, su lado artístico prevalece en esas escapadas. Varias veces ha acudido a conciertos como el de Harry Styles o Rosalía y también a espectáculos de teatro y danza acompañada de Leonor y Sofía. 

Otra cosa que no ha dejado de hacer la Reina Letizia es reunirse con sus amigas del círculo de periodistas en el que se encuentra Sonsoles Ónega, Ana Prieto, Inma Aguilar y Almudena Bermejo. También le encanta salir con sus hijas y la Reina Sofía a una cena o a un mercadillo y no puede dejar atrás los viajes a Portugal, pues ella se lleva bien con la arquitecta Isabel María de Carvalho, quien es esposa del empresario vasco Manuel de Quevedo, que posee un imponente castillo en la zona del Algarve.

También como parte de su agenda están los compromisos que tienen que ver con las investigaciones sobre el cáncer, salud mental y enfermedades raras. Apoya un equipo de waterpolo femenino y las iniciativas de las mujeres en general siempre con el traje perfecto.